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jueves, 24 de mayo de 2007

Marlon Brando II


El gran mito heterosexual de todos los tiempos está a punto de venirse abajo, o por lo menos de ser matizado y dejarlo simplemente en sexual. Según la reciente biografía de Darwin Porter, titulada 'Brando Unzipped' (algo así como Brando 'con la cremallera abierta'), el actor era un incansable e insaciable conquistador de mujeres... y de hombres. Según Porter, por su cama pasaron compañeros de profesión como Burt Lancaster, Laurence Olivier, John Gielgud, Tyrone Power, James Dean o Montgomery Clift.



Su verdadero amor
Pero la polémica biografía de Porter va más allá. Según ésta, las relaciones gay de Marlon Brando no fueron simples y puntuales divertimentos sexuales. Porter afirma que su verdadero amor fue un hombre, el actor cómico Wally Cox. Casi al estilo 'Brokeback Mountain', Marlon mantuvo a lo largo de toda su vida un romance con este actor; desde la infancia, donde se conocieron, hasta la muerte de éste en 1973.

Amor imposible
En julio de 2004, cuando el actor murió a los 80 años de edad, la prensa publicó que sus cenizas fueron esparcidas en Tahití y en el Valle de la Muerte (California) junto a las de otro actor y amigo suyo. Éste no era otro que Wally Cox. Según Porter, Marlon conservó sus cenizas en una urna durante más de treinta años y dispuso que, a su muerte, se mezclaran con las suyas. Brando, que afirmó en cierta ocasión que ninguna mujer le había hecho feliz, confesó una vez que si Wally Cox hubiese sido del otro sexo, la relación habría terminado en matrimonio.


Brando según Capote
Porter cuenta la siguiente anécdota: Marlon Brando se presta alegremente a que un amigo lo retrate en primerísimo plano mientras practica sexo oral a su novio, el flaco y miope Wally Cox. Esa fotografía, con el tiempo, se convierte en un secreto, en objeto de culto en las fiestas gay de Manhattan y Beverly Hills. Hay que decir que, entre sus admiradores, Brando siempre tuvo mucho público homosexual. No hay más que recordar el libro que sobre el actor escribió Truman Capote.


Entre hombres
Sus conquistas masculinas fueron casi tan numerosas como las femeninas, entre ellos actores homosexuales como Montgomery Clift (Porter cuenta como una vez los dos se desnudaron en pleno Wall Street por una apuesta), Rock Hudson o John Gielgud (con quién coincidió en 'Julio Cesar' y 'La fórmula'). También se le atribuyen relaciones con el comediógrafo Noel Coward o el músico Leonard Bernstein, compositor de 'West Side Story'.

Brando travestido
'Marlon Brando se sienta delante del espejo en su habitación, se desviste, se maquilla y vuelve a vestirse, ahora con la ropa de su madre Dorothy, zapatos de taco incluidos. Irrumpe en el cuarto de una pensión donde su madre alcoholizada -que alguna vez fue amante de Henry Fonda- se somete desde hace horas a los abusos de un grupo de jóvenes marineros que ella había recolectado en un bar de la zona portuaria de Manhattan'. Este es uno de los extractos más polémicos del libro donde vemos la complicada relación ¿incestuosa? con su madre.

De putas con Marilyn Monroe
Porter nos cuenta cómo conoció Brando a Marilyn Monroe. El actor es abordado en Nueva York por una joven prostituta, le entrega 15 dólares y la lleva a su apartamento. La chica es una joven Marilyn Monroe, quién siempre admitió que se había acostado con hombres pero no por dinero sino para poder comer: 'Yo negociaba (con el hombre) un desayuno, un almuerzo o una cena, según la hora del día'.


Entre mujeres
La relación de conquistas femeninas (no conocidas, claro) también es extensa. Una larguísima lista internacional donde destacan la también bisexual Marlene Dietrich, Ava Gardner, Grace Kelly, Rita Hayworth, Shelley Winters, Gloria Vanderbilt, Hedy Lamarr, Anna Magnani, Tallulah Bankhead e Ingrid Bergman.


La vida en rosa
Una de las revelaciones más sorprendentes del libro está la relacionada con la cantante bisexual Edith Piaf. La seducción no fue fácil, según contó Brando a otro actor con quien también terminaría acostándose: cuando ella le llevó a su apartamento, él pensó que era para hacer el amor. '¿Me tomas por una prostituta?', preguntó indignada la Piaf al ver cómo Brando se había desnudado y metido en la cama sin consultarla. Al día siguiente, sin embargo, Piaf le cantó por teléfono 'La vie en rose' a modo de disculpa, y dos noches después, Brando añadiría una nueva conquista a su ya larga lista.


Brando Unzipped
El libro, cuyos extractos aparecieron publicados en el diario londinense The Sunday Times, salió a la venta con el título completo de 'Brando Unzipped: A Revisionist and Very Private Look at America's Greatest Actor'.


Tragedia familiar
Los papeles más amargos para Brando provendrían de su vida personal. El actor tuvo nueve hijos, cuatro de ellos fuera de sus tres matrimonios -y tres de los vástagos con su asistenta, que le llevó a los tribunales-, matrimonios que siempre acabaron en anulación o divorcio.
Su verdadera tragedia vendría de la mano de su hijo Christian, gran aficionado a las drogas y el alcohol -algo que Brando justificó prácticamente utilizando el refrán "De casta le viene al galgo", en alusión a sus propios padres-, quien fue condenado a 10 años de prisión por asesinar al novio de su hermana Cheyenne.
Brando hizo todo por salvar a su hijo: vendió buena parte de sus propiedades -incluida una isla en la Polinesia- y confesó desde el banquillo, entre lágrimas, haber sido un mal padre. No sirvió para evitar la condena. No obstante, lo peor estaba por llegar.
Marlon Brando en una imagen de 1996. A raíz de la condena, Brando se abandonó. Encadenando depresiones, el astro engordó hasta hacer irreconocible el mito sexual que otrora fue. En 1995, el destino le propinó una tremenda bofetada: su hija Cheyenne, concebida con la actriz Tarita Teiipia durante el rodaje de 'Rebelión a bordo', logró suicidarse en la tercera ocasión que lo intentaba: se ahorcó en una de las mansiones de Brando tras conocer que le había sido arrebatada la custodia de su hijo. Éso, después de haber acusado a Brando de ser el instigador del asesinato de su novio a manos de su hermano.
Brando apenas levantó cabeza desde entonces. Como ya hiciera durante la década de los ochenta, sus incursiones en el cine se limitaron a pequeños papeles bien remunerados.
En la actualidad, y según una reciente biografía -la tercera sobre el actor-, Brando vivía poco menos que en la miseria y con deudas multimillonarias.
Solo, refugiado en la comida para combatir su ansiedad y sus depresiones y enganchado a los chats de Internet. Así ha pasado Brando sus últimos años, convertido prácticamente en un huraño ermitaño, al que no obstante se recordará como uno de los grandes de Hollywood, el maestro del "método" y un ejemplo impagable para todos aquéllos que quieren dedicarse a la interpretación.


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